lunes, 7 de marzo de 2016

Empezamos a desmontar...

En este apartado he contado con la ayuda de mi escudero  Cruz y un buen amigo italiano afincado en Madrid gran amante de los 4 latas, (Federico Gherlendia),

El principal problema que tenemos casi todos los que estamos chalados con este mundillo reside en la falta de espacio para acometer el  montaje,la limpieza de todos los elementos, y posterior puesta en marcha después de haber pintado el coche.

En este caso, lo hicimos en un tiempo record, primero por el frío que hace en invierno en La Mancha y segundo por la ayuda que he tenido en esta ocasión.

 Creo que es mejor ilustrarlo con unas fotos para que nos podamos hacer una idea del tiempo utilizado.



Cruz, Federico y el que escribe.

Primero sacamos el motor.








































Mientras Cruz y yo estábamos liados con el motor, nuestro amigo Fede se dedicaba a los interiores.








De vez en cuando nos caían "carambanos " de las fosas nasales, intentábamos remediarlo con algún brebaje de la tierra.





Una vez resuelto el problema del frío, proseguimos la tarea.






Una vez quitados los periféricos, transmisiones y soportes del motor procedimos a extraer el corazón del cacharro.















Una vez fuera, cada uno iba por un lado desarmando todo lo que podía.









Instalación eléctrica fuera.







Cada vez había mas piezas del puzzle...





Una de las cosas que hace especial a este modelo es el deposito de expansión metálico situado en el interior de la aleta izquierda.






Y terminamos de desmontar.





Antes de empezar con las tareas de limpieza recogimos todo la tierra que habitaba en el coche, fruto de sus 52 años de trabajos en el campo.

















Aproveche para limpiar la caja de cambios.

















Mi paisano y yo.

Me ha sorprendido el estado en el que se encuentra el coche, para tener 52 años los suelos y estructuras  están sanas, de hecho a penas abra que reconstruir zonas vitales.

Hemos pasado un par de días inolvidables desarmando, comiendo y "tirando de la bota", en el pueblo de nuestros padres, que cabe decir, no pisaba desde hace mas de 15 años.
De no ser por la gentileza de mi amigo Cruz al cederme el espacio  para desarmar y limpiar el coche intuyo que habrían pasado otros tantos años sin acercarme de  nuevo a Urda.

Unas últimas fotos para despedirme.
Un saludo y hasta la próxima entrega.









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